Condenan a seis meses de cárcel a un aficionado por insultos racistas a Ferdinand
Un seguidor del Wolverhampton Wanderers ha sido sentenciado a seis meses de prisión por haber proferido insultos y gestos racistas hacia el exjugador del Manchester United, Rio Ferdinand. Jamie Arnold, de 32 años, ha sido declarado culpable de acoso racial grave por unanimidad por parte del jurado en el tribunal de Wolverhampton. Esta es la condena más severa por abuso racista impuesta a un seguidor de fútbol en la historia del Reino Unido. De los seis meses de condena, cinco son por esta ofensa en particular y uno adicional por reincidencia de otra condena previa de naturaleza racista. Además, se le ha impuesto una prohibición de siete años para asistir a partidos de fútbol tanto en Inglaterra como en el extranjero.
Los hechos tuvieron lugar el 23 de mayo de 2021 en el estadio Molineux, cuando Ferdinand estaba desempeñando su función de comentarista para la cadena de televisión BT Sport durante un partido entre el Wolverhampton y el Manchester United, el primero tras el levantamiento de las restricciones por la pandemia de covid-19. Durante la celebración de un gol, este aficionado se dirigió a Ferdinand con un gesto y un insulto de naturaleza racista. En ese momento, el futbolista no se percató de lo sucedido, pero después, al mostrarle el incidente, manifestó estar «cansado» de este tipo de actitudes y «consternado». Cinco testigos declararon haber presenciado los gestos del seguidor, que también quedaron registrados en las cámaras de seguridad del estadio.
«Fui jugador profesional y he jugado en todo el mundo representando a mi club y a la selección, y he tenido que enfrentar comentarios e insultos racistas mientras jugaba. Sin embargo, he aprendido a lidiar con ello y siempre he recibido apoyo», expresó Ferdinand. «Trabajar en televisión nunca me había expuesto a algo así. Estar en un estadio, en vivo por televisión, me entristece y me enfurece que otros también tengan que pasar por esto. Es una experiencia que nunca olvidaré», añadió. «El hombre que me insultó ha demostrado una total falta de respeto hacia mí, mi familia, el Wolverhampton Wanderers y todos aquellos que luchan contra el racismo en el fútbol. Espero que esta condena envíe un mensaje claro de que el racismo no será tolerado en el deporte ni en ningún ámbito de la sociedad».